La verdad detrás de nuestra lucha contra la carne
¿Por qué nuestra lucha no es contra carne?
En el libro de Efesios, el apóstol Pablo nos enseña que nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra las fuerzas espirituales del mal. Es importante entender esta enseñanza para poder enfrentar los desafíos y dificultades de la vida de una manera efectiva.
La batalla espiritual
La frase "no tenemos lucha contra sangre y carne" nos indica que nuestra batalla no es física ni material. No se trata de pelear contra personas o cosas tangibles, sino de enfrentar las influencias y poderes espirituales que buscan alejarnos de Dios y de su propósito para nuestra vida.
Estas fuerzas espirituales son descritas por Pablo como "principados, potestades y gobernadores de las tinieblas de este siglo". Representan los poderes malignos que operan en el mundo y que intentan oponerse al plan de Dios y a su obra en nuestras vidas.
Es importante reconocer que estas fuerzas espirituales son reales y tienen un impacto en nuestra vida diaria. Pueden manifestarse a través de pensamientos y sentimientos negativos, tentaciones, enfermedades y otras situaciones adversas.
La armadura de Dios
Pablo nos anima a vestirnos de la armadura de Dios para poder resistir y enfrentar estos poderes espirituales. La armadura de Dios incluye el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el calzado del evangelio de la paz, el escudo de la fe, el casco de la salvación y la espada del Espíritu.
Estos elementos representan las herramientas espirituales que Dios nos ha dado para protegernos y defendernos en la batalla espiritual. El cinturón de la verdad nos ayuda a discernir entre la verdad y las mentiras. La coraza de justicia nos protege de los ataques del enemigo. El calzado del evangelio de la paz nos da firmeza y estabilidad. El escudo de la fe nos protege de los dardos inflamados del maligno. El casco de la salvación nos protege de los pensamientos y sentimientos negativos. La espada del Espíritu, que es la palabra de Dios, nos permite luchar contra las mentiras y engaños del enemigo.
Al vestirnos con la armadura de Dios, estamos reconociendo nuestra dependencia de Él y su poder para enfrentar las fuerzas espirituales del mal. Estamos tomando una postura de fe y confianza en Dios, sabiendo que Él es más poderoso que cualquier fuerza que se oponga a nosotros.
La fuerza del Señor
La clave para enfrentar con éxito la batalla espiritual es confiar en la fuerza del Señor. La fuerza del Señor es el poder divino que nos capacita para resistir las tentaciones, superar las pruebas y vencer las adversidades.
En el Libro de Mormón, vemos ejemplos de cómo los nefitas salían a la batalla confiando en la fuerza del Señor y prevalecían contra enemigos poderosos. Del mismo modo, nosotros podemos salir victoriosos en nuestras propias batallas espirituales cuando confiamos en el poder de Dios.
Para recibir la fuerza del Señor, es necesario acercarnos a Él a través de la oración, el estudio de las Escrituras, la obediencia a sus mandamientos y la participación en las ordenanzas del Evangelio. También es importante recordar que el sacrificio expiatorio de Jesucristo nos otorga acceso a su poder y gracia para vencer el pecado y la muerte.
La importancia de la virtud
En la lucha espiritual, la virtud juega un papel fundamental. La virtud se refiere a la pureza moral y a vivir de acuerdo con los principios del Evangelio. Al mantener nuestra mente y nuestro corazón limpios y llenos de pensamientos virtuosos, nos fortalecemos espiritualmente y nos volvemos más resistentes a las influencias negativas.
La virtud nos ayuda a mantenernos firmes y a resistir las tentaciones y los engaños del enemigo. Nos permite tomar decisiones sabias y correctas, y nos protege de las consecuencias negativas del pecado.
En resumen, nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra las fuerzas espirituales del mal. Para enfrentar esta batalla espiritual, debemos vestirnos con la armadura de Dios, confiar en la fuerza del Señor y vivir con virtud. Al hacerlo, podemos resistir y vencer las influencias negativas y experimentar la paz, la seguridad y la felicidad que provienen de estar bien fundados en el Evangelio de Jesucristo.
Gracias por tomarte el tiempo de leer nuestro artículo sobre por qué nuestra lucha no es contra la carne. Esperamos que haya sido informativo y que hayas aprendido algo nuevo.
Si tienes algún comentario o duda sobre el tema, no dudes en dejarlo a continuación. Estaremos encantados de responder a tus inquietudes y continuar la conversación.
Recuerda que el objetivo principal de este artículo es generar conciencia y fomentar el diálogo sobre la importancia de abordar la problemática desde diferentes perspectivas. Esperamos que te haya inspirado a reflexionar y a considerar diferentes puntos de vista.
¡Gracias nuevamente y esperamos escuchar tus comentarios!
Deja una respuesta